Tame Impala y su nuevo álbum “The Slow Rush”

Por: Ricardo Ramos Navarro / periodicovictoria@fuerzaerea.com

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Aunque cada vez se va perdiendo la costumbre comprar y mucho menos escuchar un disco completo, las bandas y artistas, y todavía buena parte del público nos seguimos aferrando a este formato que ha sido desahuciado en diversas ocasiones. Con el gran resurgimiento del vinil, y la enorme resistencia del disco compacto, las producciones siguen surgiendo en todos los géneros y en todas las latitudes.

Pues bien, luego de este preámbulo, seguramente les ha pasado más de una vez que al escuchar por primera vez un disco se vuelve adictivo y lo pones una y otra vez; eso me pasó con la más reciente producción TAME IMPALA, su cuarta entrega de estudio “The Slow Rush”.

Producido por el propio Kevin Parker, quien es el cerebro creativo de este proyecto que surgió en Perth, Australia en 2007, el álbum se lanzó a nivel internacional el 14 de febrero de este año, luego de cinco años de ausencia discográfica, y fue grabado en Los Ángeles y en la casa del mismo Parker en Australia.

El disco abre con el sonido electrónico de “One More Year” que rápidamente te envuelve auditivamente y te incita a preparar tu mente a un viaje que se vislumbra placentero, tranquilo y a la vez emocionante. Luego viene la psicodelia pop de “Instant Destiny” con sintes que destacan junto a la voz de Parker, y sigue con la luminosidad sonora de “Borderline”, en una versión más trabajada en comparación con la lanzada en abril del año pasado como adelanto del disco.

Posteriormente viene el sonido etéreo y nostálgico de “Posthumous Forgiveness”, y se conecta con la extraordinaria “Breathe Deeper” que llega como un respiro envuelto en una cálida melodía que ineludiblemente te hace mover el cuerpo. Enseguida se escucha “Tomorrow’s Dust” que evoca de cierta forma el disco “In Rainbows” de Radiohead aunque no sea una influencia expresa de Parker; sigue la melancolía profunda de “On Track”, la cadenciosa “Lost in Yesterday” con una línea de bajo contundente, precisa y pegajosa que lleva la batuta del tema, y la agradable y bailable “Is It True”, que podría ser un “licuado” de rock indie, pop, y Daft Punk.

Hacia el final llega “It Might Be Time”, con la resonancia y los efectos de los sintetizadores que se amalgaman con una base orgánica y la voz de Parker, la movida “Glimmer” que vuelve a incitar al baile, y cierra de forma magistral con la introspectiva y esperanzadora “One More Hour”, que hace mirar atrás el recorrido e impulsa un nuevo comienzo, que muy probablemente sea volver a ponerle play al reproductor.

Pues bien, valió la pena la espera de cinco años, TAME IMPALA está de regreso con este gran disco que sin lugar a dudas es ya uno de los imperdibles y de los más destacados de este 2020. La banda australiana comandada por Kevin Parker estaba agendada para estar en el Foro Sol de la Ciudad de México el pasado 19 de marzo, pero debido a la contingencia sanitaria, el concierto se reprogramó para el 10 de septiembre. La banda haría igualmente una gira en Australia y Nueva Zelanda en abril, misma que también fue cambiada para diciembre de este año.

Cambio y Fuera.

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