Por Armando Castro
Durango recupera el estado de gobernabilidad y confianza institucional que se perdió durante la segunda mitad del pasado sexenio, el cual fue uno de los peores en la historia reciente.
Para el gobierno de Esteban Villegas no ha sido fácil comenzar a gobernar sin recursos en sus arcas y sin acceso a créditos para pagar deudas millonarias y salir adelante.
A siete meses de un arranque de gobierno las cosas parecen ir mejorando pero aún no están del todo bien. Sigue habiendo un déficit presupuestal que impide reactivar la obra publica, pagar pasivos y nuevas inversiones que detonen en una economía sana y boyante.
Los jefes de familia que han perdido su empleo no han logrado recuperarlo y por ende las familias lo recienten.
Esteban Villegas llegó al gobierno con un alto índice de aceptación ciudadana que le dio un plus de confianza en la administración federal y eso se refleja en apoyos presupuestales no contemplados dentro del presupuesto federal.
Tal parece hay buenas intenciones de la administración de Esteban y conocimiento de las grandes omisiones y corruptelas que dejó el pasado gobierno.
Ojalá en los próximos meses quede solo el recuerdo y que Durango recupere lo mucho que perdió.
Los ministros de la corte bajo fuego oficial.
La arremetida del presidente López Obrador en contra de los ministros de la corte, denota la impotencia del ejecutivo federal para someter a la corte y destrozar el marco constitucional del país.
La SCJN es uno de los órganos del estado que igual que el INE, gozan de mayor credibilidad y respeto ciudadano.
La Corte impuso la mayoría de sus once ministros y terminó con la intención del presidente de someter al máximo órgano de justicia a su equipo de aplaudidores.
El tirar la primera parte del plan B por un cúmulo de errores e inconsistencias en el proceso legislativo fue suficiente para que los ministros cumplieran con su responsabilidad y eso fue suficiente para enojar al señor de palacio.
El líder de senadores de Morena, Ricardo Monrreal, fue uno de los políticos que más perdieron en este episodio de turbulencias y acusaciones.
Después de permanecer distante durante meses de la gracia del presidente y alinearse a la orden de palacio de apoyar el plan B, en la víspera del proceso interno de la 4T el zacatecano cambio de chaqueta y mostró su real personalidad de político falso y marrullero.
El senador tanto quizo ganar, que perdió todo.
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