Pedro Núñez López
Caminado por ahí y al revisar las fotografías se vienen los recuerdos que brotan a raíz del estudio de cada fotografía remontándonos al pasado y viendo que en este lugar en la acera sur poniente estuvo el edificio que sirvió de dormitorio a los estudiantes del Colegio de la Compañía de Jesús. Como estuviera deteriorado se derribó y en su lugar se construyó, en 1767, el de dos pisos que vemos en la fotografía en el cual existía una negociación llamada el Palomar, nombre que perduraría en el tiempo hasta mediados del siglo XX, esta fue tomada desde la esquina de la Plaza de Armas . A la derecha, a medias ocultas por el ramaje distinguimos algunos arcos del portal de los diamantes que había en la esquina noroeste del crucero, antes de que se edificara ahí la mercería La Alemana. Al lado izquierdo podemos observar parte del edificio que fuera propiedad el Dr. Carlos León de la Peña. De igual forma vemos, en la parte superior derecha una parte del tambor perteneciente a la que fue cúpula del entonces Templo del Sagrario. Cabe señalar que este y otros más edificios se debieron de derrumbar en 1917 debido a los decretos emitidos por el Sr. Gobernador de ese entonces.
El edificio de la foto superior es sumamente sencillo, pero también hace innegable su sabor colonial el balcón que recorre todo el segundo cuerpo, sobre un andador sostenido por vigas trabajadas como consolas y dispuestas en una forma regular. La herrería es de simple reja forjada; sólo algunas flores de lis, distribuidas de cuatro en cuatro formando cruz, rompen la monotonía.
El nombre del negocio ahí establecido, El Palomar, lo heredará el edificio construido más tarde en su lugar. Este sitio perteneció originalmente a los Jesuitas y ahí estuvo primero el edificio dormitorio de estudiantes del Colegio de la Compañía y después el edificio que, aunque se construyó con el mismo objeto, habiendo sido expulsados los jesuitas, sirvió como habitación en los altos y para los negocios varios entre ellos El Palomar en los bajos. El edificio que aparece posteriormente fue construido por el Arq. Stanislao Slonecki de origen Alsaciano y quien realizó bastantes trabajos aquí en Durango, a finales del XIX con un estilo neogótico tardío, para principios del XX ahí estuvo el negocio también llamado El Palomar de Julio Hildebrand y las oficinas de su empresa Luz y Fuerza que abastecía de energía eléctrica a la ciudad. Más tarde estuvieron la Ford Mendivil Motors, las oficinas de diferentes y sucesivas negociaciones más.
Cabe señalar que en éste y en el edificio original del Teatro Nuevo (después Principal) se empleó la cubierta tipo mansarda (dos únicos casos en Durango). Aquí, a modo de buhardilla habitable en donde se han dispuesto varias ventanas y una lucerna en cada pabellón de las esquinas. Imponente, más por lo inusitado de su estilo y su magnitud que por sus virtudes arquitectónicas.
Fue presa de las llamas al incendiarse pues en su mayor parte de la construcción era de madera, esto ocurrió el sábado 8 de diciembre de 1956, cuando lo ocupaban las mueblerías Villarreal en la parte inferior y eran habitaciones en donde vivian familias en la planta alta, que afortunadamente no hubo desgracias personales que lamentar. Posteriormente se derrumbó completamente y quedó el espacio vacío hasta 1961 en que se inicia la construcción de lo que fuera luego el edificio Sears con estilo también Afrancesado pero diferente corriente arquitectónica conocida como el Cubismo de Le´courvoisier cumpliendo cabalmente con las cinco ejes del cubismo, en la planta baja se instaló la tienda antes mencionada y en los pisos superiores fueron destinados como oficinas, con el paso del tiempo ya en la segunda década del siglo XXI el gobierno adquiere el edificio y decide que será derrumbado para crear una plaza denominada Fundadores, para el esparcimiento del público, adornándola con un obelisco y fuentes de toma subterránea que son un deleite de los niños en tiempo de calor, se le pusieron contrafuertes al templo para salva guardarlo y evitar que se viniera abajo, al igual se instalaron unas urnas protegidas con cristal en donde se guardan restos humanos encontrados en la excavación dentro de las obras de trabajo.
Imágenes obtenidas del grupo Durango Antiguo del Facebook, texto Pedro Núñez López.