Raquel Carreón Lugo
Si bien el rock es nuestra desintoxicación en épocas de pandemia hay que guardar el respeto y la responsabilidad como personas.
Ha sido tan criticado el Vive Latino por haberse efectuado en medio de una pandemia, un momento crítico en todo el mundo, en donde prácticamente todo se ha paralizado, pero el VL si se llevó a cabo.
Pero no solo ese festival que albergó a miles de personas, sino también el Hell and Heaven, en donde son pocas o casi nulas las críticas que se le han dado.
Ambos festivales efectuados en la Ciudad de México, de las más pobladas del mundo, en donde si bajaron los asistentes, pero aun así fueron miles.
Si bien el Covid 19 ya inyectó temor en la mayoría de los ciudadanos de todo el planeta tierra, algunos creen que si es cierto, otros dicen que solo es un invento, pero lo que bien si es verdad, es que a todos nos han puesto a reflexionar en muchos aspectos de nuestras vidas y ver con claridad que el planeta Tierra está muy feliz sin los humanos.
No tengo la duda que todos los que pudieron asistir a esos conciertos la pasaron de lujo, lo disfrutaron como si fuera el mejor de todos, porque si bien es para público rockero diferente, todos pudieron desintoxicarse y a como es costumbre de nosotros como mexicanos seguramente hicieron sus sátiras del Coronavirus.
Me parece bien que hayan ido a disfrutar, pero lo que no me agrada es que las autoridades, los organizadores, la propia gente no haya tomado conciencia de la problemática, dicen que hubo filtros de sanidad, que cuando se entraba a los inmuebles se les tomaba la temperada y que en las pantallas de todos los escenarios les daban recomendaciones de las medidas higiénicas.
Me pregunto, si en sobriedad el mexicano es valemadrista, ya con unas cervezas encima se quieren comer el mundo, a poco nadie pensó en eso, me parece irreal que atroz irresponsabilidad.
Se dice que uno de los estelares Guns and Roses, quien por cierto trató de cancelar pero por el contrato que se tenía firmado los obligaron ir a tocar, pero hubo otros que si tomaron en serio la pandemia, entre ellos los españoles Vetusta Morla y Enrique Bunbury quien iba a tener una actuación especial, pero lo que no me cuadra es si Leyva también de España porque el si hizo el viaje a tierras aztecas.
Asimismo en un comunicado oficial a través de sus redes anunciaron que la firma de autógrafos se suspendería, para evitar la propagación, inmediatamente las críticas no se hicieron esperar, como es posible que después de tener una aglomeración de casi 115 mil por los días, se espantaran por dar unos autógrafos, es decir solo querían proteger a los artistas, pero los asistentes les valió una reverenda rayada de madre.
Caso contrario de los festivales mundiales que ellos no dudaron ni un minuto en posponer sus fechas, como los casos de Tomorrowland en Bélgica, Coachella en Estados Unidos, entre otros muchos más, obviamente hay pérdidas económicas, pero en situaciones difíciles el dinero no lo es todo.
Después de tanta crítica, Ocesa, la empresa organizadora del Vive Latino decidió por fin cancelar todo lo programado, hasta nuevo aviso.
Los permisos para todos estos eventos masivos los otorga el gobierno de cada alcaldía, en este caso la Ciudad de México, y dónde estaba Claudia Sheinbaum Pardo para impedirlo, el rock puede esperar, el rock no va a terminar, pero el Covid si puede acabar con la vida de muchos, a poco es tan difícil de entender eso.
Fuera de todo ese tema del Covid que a muchos ya nos tiene saturados, ya que es prácticamente la única información de que se habla; artistas y solistas rockeros a través de sus redes sociales han decidido recordar sus canciones de antaño, verlos al natural con sus familias, su lado más humano del que ya les conocemos.
Larga vida al rock, larga vida a la madre Tierra, a tomar conciencia y a ser más humanos no solo en época de crisis sino por siempre.