Por Olga L. Ramírez
Mañana el escritor José Ramón Nevárez presentará su libro “Peso Muerto” en el Patio Central de la Casa del Abogado, ubicada en la calle Zaragoza #518, a las 19:00 horas.
La obra narrativa y costumbrista del municipio de Santiago Papasquiaro contará con los comentarios del licenciado Héctor Enrique Sandoval Medrano.
José Ramón Nevárez nació en Santiago Papasquiaro Durango, en 1947. Vivió allí hasta los siete años, se trasladó a la Ciudad de México con su familia. Dos años después, la familia volvió a Santiago, donde estuvo hasta la edad de 11 años. Luego, se mudaron a la ciudad de Durango y ahí, José Ramón pasó su adolescencia y el inicio de su juventud, pues a la edad de diecinueve años viajó a la Ciudad de México, donde cursó la carrera de Derecho, en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Después de titularse, trabajando ya como abogado, se inscribió en la Facultad de Filosofía y Letras, iniciando estudios de letras españolas, los cuales se vio precisado a abandonar, debido a la carga de su trabajo jurídico., que además, le implicaba frecuentes viajes hacia el interior del país y al extranjero.
Sin embargo, siempre encontró la ocasión de leer, preferentemente obras narrativas e Historia, sus lecturas preferidas. Desde su jubilación hasta ahora, se ha dedicado a escribir relatos cortos y novela, siendo “Peso Muerto” la primera publicada. Con ese título, aborda sus impresiones de la sociedad santiaguera en los años cuarenta, recreando las costumbres y la idiosincrasia de esa época y ese lugar. Los personajes de esta obra se presentan en un entorno pueblerino, de su interés, por considerar que Santiago Papasquiaro, en esa época, se encontraba casi aislado de otras ciudades, pues el único medio de transporte a la capital del Estado, era el ferrocarril, en jornadas de ocho a doce horas, dependiendo de factores fuera de control para los pasajeros. Debido a que los ríos y arroyos que circundan el territorio de Santiago, crecen considerablemente en época de lluvias, sus habitantes tenían un contacto continuo, básicamente, con la gente que llegaba ahí desde las rancherías vecinas, tanto del llano como de la sierra. Por lo tanto vivían de acuerdo con sus propios parámetros sociales y morales, pues sólo recibían información de lugares alejados, por medio de la radio y de los periódicos, que leían extemporáneamente, por las ya referidas dificultades del transporte.
Dichos personajes son presentados en sus características y acciones externas, así como en su fuero interno; puede decirse que con una perspectiva intimista y crítica, pero siempre desde la objetividad y el cariño de un santiaguero emigrado.