Carlos Villalobos
Rafael Jaramillo, conferencista internacional, atleta de alto rendimiento con reconocimiento mundial, el único ultramán ciego del mundo, el primer triatleta ciego de México y considerado por la revista People como uno de los 10 ciegos más influyentes del mundo.
El duranguense Rafa Jaime, como se le conoce en el ámbito deportivo conquistó apenas hace pocos días la montaña más alta de América, el Aconcagua y en la cima colocó su bandera, el símbolo azul de la silla de ruedas que representa la discapacidad, pero tachado. Y esta es la primera de las siete montañas que se prepara para escalar como parte del reto Seven Summits. En los próximos dos años estará subiendo el Macizo Vinson en la Antártida, el monte Denali en Alaska, el Kilimanjaro en África, el monte Elbrus en Rusia, el Carstensz en Indonesia y el Éverest en Asia.
El símbolo de la discapacidad tachado es su bandera, lo lleva tatuado en la piel y lo coloca en cada cumbre que alcanza, es su mensaje sobre las limitaciones y las contingencias de la vida “No creo en la discapacidad” dice Rafa Jaime, es una limitante emocional, el miedo, es conformismo, es pereza.
Hace trece años perdió la vista y encontró en el deporte la manera de canalizar sus pensamientos y sus emociones, según narra él mismo.
En el 2007 representó a Durango en las Paralimpiadas nacionales y ese mismo año las dejó, pues no le gustó el trato que se da a la discapacidad, rechaza cualquier forma de lástima, no le gusta el trato a los discapacitados de “ángeles, guerreros, bendiciones…” sino que él decidió que se le debe tratar como un ser humano común y corriente.
Después estuvo en una escuela de alto rendimiento, desarrolló el triatlón donde fue el primer triatleta mexicano.
De ahí pasó a ser el primer y hasta ahora el único ultramán ciego del mundo, es decir que puede nadar 10 kilómetros, recorrer 421 kilómetros en bicicleta y correr otros 84 kilómetros en un solo evento.
Su desempeño en el deporte le ha permitido conocer el mundo, ha estado en 34 países y sigue poniéndose metas y retos más altos.
La discapacidad como las complejidades de la vida deben ser vistas como oportunidades, suele decir en sus conferencias y expresa su acuerdo con lo que otros han dicho de que “los mexicanos no solo debemos imaginar sino debemos hacer cosas chingonas”.
Por sus logros y su influencia para otros en el mundo, hoy Victoria de Durango le hace un reconocimiento.